Cuando vas al supermercado en Estonia y compras una botella de Coca-Cola, verás que al pagar, te van a cobrar 10 céntimos más de lo que pone la etiqueta. Esos 10 céntimos son una fianza llamada pant (en español, literalmente «fianza»), y son el cimiento del sistema de envases retornables (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno, SDDR) de Estonia. En otras palabras, el sistema de reciclaje de botellas y latas.
Hoy, explicamos en profundidad como funciona desde el punto de vista del consumidor.
¿Qué envases retornables entran en el sistema?
En el sistema de pant entran todas las latas de aluminio y botellas de plástico, y algunas de cristal.
Si estás en el supermercado, sabrás si el producto está cubierto o no porque en la etiqueta del precio aparece un +0,10 en pequeñito.
Pero es cierto que no siempre nos fijamos, y que hay ocasiones, como cuando pides comida a domicilio en aplicaciones como Wolt, Bolt Food o Fudy, en los que el pant ya se incluye en el precio final de la bebida y no hay una señalización separada.
En esos casos, nos podemos fijar en la etiqueta del producto: en todos los envases retornables aparecerá un logo de una botella formada por dos flechas con una letra en medio.
La letra cambia según el tipo de envase que sea. Hay cinco posibilidades:
- Tipo A: Plástico no rellenable con un volumen de hasta 0,5 litros (0,5 litros inclusive).
- Tipo B: Plástico no rellenable con un volumen de más de 0,5 litros.
- Tipo C: Metal no rellenable.
- Tipo D: Cristal no rellenable.
- Tipo K: Cristal rellenable.
A efectos prácticos, esto cubre todos los refrescos, agua y cerveza. Lo que no entra es el vino, el alcohol duro, los cartones de leche u otros tipos de envases de cristal como los de especias, sopas o colonias.
Por otro lado, es posible que el logo estonio vaya acompañado de otros logos parecidos. Dado que muchos productores y fabricantes consideran a los tres países bálticos como un único mercado, suelen poner también los logos para envases retornables de Letonia y de Lituania en la botella.
En la práctica, esto ocasiona que los sistemas de los tres países sean, en gran parte, compatibles entre sí. Por ejemplo, digamos que voy a ir de Tallin a Riga en bus, y en la estación de bus de Tallin compro una botella de agua para el viaje. Gracias a esa compatibilidad, puedo retornar la botella en la estación de bus de Riga y recuperar mis 10 centimillos.
¿Dónde y como retornar los envases?
Por ley, en los supermercados de Estonia hay una estancia separada marcada como Taaraautomaat (automaat significa máquina en estonio, y taara no tiene una traducción directa al español, denota un envase vacío para el que ya no tienes ningún uso).
Si el supermercado tiene un edificio para el solo o está en un centro comercial, a veces es dificil de encontrar. El truco está en saber que suelen tener una entrada separada en uno de los laterales, en el aparcamiento subterráneo o en la parte trasera del edificio, así que tienes que rodearlo y buscar el cartel de Taaraautomaat.
Dentro de esa habitación hay, al menos una máquina de retorno de envases, pero lo general es que haya dos, y si el supermercado es especialmente grande, cuatro o incluso seis. Detrás de las máquinas, suele haber un almacén de envases enorme, que es la razón por la están en habitaciones separadas.
El funcionamiento es sencillo: metes la botella en el agujero, esperas a que la máquina lea el código de barras, y metes la siguiente. La máquina te enseñará cuantos envases retornables has metido y cuánto dinero has recuperado. El dinero que te dan por envase es lo mismo que has pagado: 10 céntimos.
(Se están empezando a introducir máquinas donde simplemente vacías una bolsa en un receptáculo y ya lee ella todo lo que tenga que leer, pero de momento solo hay 4 ó 5 en todo el país.)
Pero ten cuidado: estas son máquinas muy delicadas que se atrancan con solo mirarlas. Y no hay nadie atendiéndolas, así que si se atranca, te tienes que llevar las botellas de vuelta a casa. En teoría hay un botón de ayuda, pero puede pasar mucho tiempo hasta que alguien venga a ver qué pasa.
Para que no pase eso, antes de meter un envase, asegúrate de que:
- La botella o la lata no está deformada
- El código de barras se puede leer perfectamente
- La luz roja que indica que el escáner está leyendo el código de barras se ha apagado y que ya no ves la botella anterior
Si lo has hecho todo bien y has terminado de introducir tus envases, la máquina te enseñará dos opciones:
- Donar el dinero una causa benéfica (normalmente habrá carteles al lado de las máquinas explicando cuál)
- Darte un ticket por el importe
Y con ese ticket se pueden hacer tres cosas:
- Cambiarlo por efectivo en el mostrador de información del supermercado
- Darlo en caja a la hora de pagar, y se te aplicará el descuento equivalente en tu compra
- Escanearlo con la app del supermercado, donde la cantidad quedará guardada y se te descontará la próxima vez que hagas una compra
(Las apps de supermercados de Estonia son una maravilla. Además de para comprar online, sirven para no tener que hacer cola en las cajas. La app se usa como escáner mientras haces la compra físicamente, y luego pasas una máquina en la que escaneas un QR y pasas tu tarjeta. El proceso de pagar por tu compra dura 20 segundos.)
Eso sí, el ticket es exclusivo de la cadena de supermercados cuyo taaraautomaat hayas utlizado. Si usas las máquinas de Selver, no puedes usar el ticket en Maxima, por ejemplo, solo en Selver.
¿Este sistema funciona?
Con los datos en la mano, yo diría que sí:
- En 2021, se retornaron 293 millones de envases en Estonia. En un país de 1,3 millones de habitantes, eso equivale a 250 envases por persona.
- La tasa de retorno de envases en 2021 fue del 88% en plástico, el 89% en vidrio, y el 87% en cristal. En España, en 2021, (y según Ecoembes) fue del 71,1%.
- El 97% de los habitantes de Estonia dijo haber utilizado el sistema en lo que va de 2023.
Además, hay otros beneficios más intangibles. Por ejemplo, aquí en Tallin es muy dificil ver una botella o una lata tirada por la calle. La gente con pocos recursos suele buscarlas y llevarlas a un taaraautomaat, y así se sacan unos ingresos extra y la ciudad está más limpia.
¿Quién es el responsable de todo esto?
En Estonia, el sistema se implementó en 2005, y el responsable es una empresa llamada Eesti Pandipakend, que está participada por cuatro asociaciones de productores estonias:
- La Asociación de Cerveceros de Estonia
- La Asociación de Fabricantes de Refrescos
- La Asocación de Importadores de Cerveza y Refrescos
- La Asociación de Supermercados de Estonia
Eesti Pandipakend es el responsable último de recolectar los 10 céntimos de cada envase. Ese artículo está centrado en el consumidor final, pero el pant se cobra en todos los eslabones de la cadena de producción: el supermercado te lo cobra a ti, el fabricante de envases se lo cobra al supermercado, y Eesti Pandipakend se lo cobra al fabricante de envases.
Así, todos los actores de la cadena tienen un incentivo económico para mantenerse en el sistema.
Personalmente, me gustaría ver este sistema implatando en España. Tras cinco años usándolo en Estonia (más otro en Alemania, donde también lo tienen), estoy totalmente convencido de que es el futuro.